Casi todas las ONGs (y según parece, los productos "solidarios") importantes tienen que pasar por el aro del hembrismo para poder seguir vivos. El resultado: acaban por infectarse totalmente por el hembrismo (si es que no nacieron de él), como ya vimos con Amnistía Internacional (que cuando hablan de malos tratos se sientan con la presidenta de la federación de separadas/divorciadas, que hacen no-publicidad positiva con los hombres condenados a lapidación, o que tienen miembros-peleles que escriben en mujeres en red).


Esto sólo se puede cambiar con una fuerte crítica social, muy necesaria dada la necesidad de estas organizaciones para mejorar las condiciones de millones de personas.